Tratamiento para la Adicción al Sexo en Murcia

En Atiempo Adicciones Murcia contamos con un equipo de profesionales especializado en todo tipo de conductas adictivas, ya sea con o sin sustancia. La adicción al sexo se encuentra dentro de las adicciones sin sustancia, que aunque resulta ser común, al estar vinculada a comportamientos sexuales, suele ocultarse o banalizarse debido a que el sexo puede ser una conducta habitual y normalizada en la sociedad o un tema tabú. Sin embargo, si hablamos de conductas o comportamientos adictivos, aunque se trate de una necesidad vital, su mal uso acarrea consecuencias devastadoras como sucede con otras adicciones: crea dependencia, malestar físico e inestabilidad emocional.

¿Qué es la adicción al sexo y cómo identificarla?

La adicción al sexo no solo supone la práctica compulsiva de relaciones sexuales, sino que también abarca aquellas actividades impulsivas e incontrolables relacionadas con el sexo, como son la masturbación, la pornografía y la búsqueda de situaciones de excitación. Este conjunto de conductas se traduce en encuentros sexuales breves, poco satisfactorios, que se repiten en intervalos variables pero cortos, y que suelen ir acompañados de sentimientos de culpa.

La hipersexualidad o adicción al sexo es el aumento de la cantidad e intensidad de las conductas sexuales. Puede manifestarse de diferentes maneras, como por ejemplo, masturbación, prostitución, infidelidades, visionado de porno, chats online, aplicaciones de citas, parafilias (exhibicionismo, abuso, violación…). Los pensamientos y los sentimientos que provocan este tipo de situaciones generan un malestar clínicamente significativo y un deterioro social y/o laboral. Aunque nos encontremos con una adicción sin sustancia, la adicción al sexo también general tolerancia, lo que quiere decir que, a medida que pasa el tiempo, la persona necesita más cantidad de conductas sexuales para disminuir su ansiedad y malestar y satisfacer su deseo sexual.

La persona que sufre adicción al sexo tiene dificultades para controlar sus conductas sexuales, pero no las utiliza para vejar o abusar de otros, además aparecen sentimientos de vergüenza, malestar y sensación de falta de control.

La adicción al sexo o hipersexualidad, masculina o femenina, presenta los siguientes criterios:

  • Dificultad para contener los impulsos sexuales ante una conducta sexual
  • Aumento del tiempo dedicado a acciones/pensamiento de contenido sexual.
  • Conductas sexuales en momentos inadecuados.
  • Aumento de la cantidad y/o frecuencia de las conductas sexuales para conseguir el mismo efecto.
  • Ansiedad, irritabilidad y/o malestar si no se puede llevar a cabo la conducta sexual.
  • Tras la realización de las conductas sexuales no se obtiene el placer deseado, suelen ser relaciones sexuales insatisfactorias.

Si se dan varias o todas estas circunstancias, es probable que estemos ante un problema de adicción al sexo. Si no se trata, habitualmente trae consigo consecuencias como el abandono de las obligaciones familiares, sociales y laborales. La vida sexual se vive en secreto, presente en todo momento la culpa.

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Los efectos de la adicción al sexo

Los efectos de la adicción al sexo nos las encontramos en todas las áreas vitales del paciente. Una de las consecuencias a nivel social es el aislamiento. El adicto acaba aislándose de su entorno para intentar ocultar sus conductas. En este punto se ve afectada el área familiar, ya que los momentos de soledad en casa son los más buscados para poder satisfacer las necesidades y, debido a ello, es posible que el paciente comience a evitar reuniones familiares.

En relación con el área de pareja, implica una absoluta desconfianza una vez que se descubre la adicción. Inicialmente, las conductas sexuales, sobre todo las que tienen que ver con la promiscuidad, pueden interpretarse como infidelidades y traición a la pareja, más que como lo que son: conductas impulsivas difíciles de evitar. A nivel de salud, las relaciones sexuales indiscriminadas tienen un riesgo de contagio de ETS o embarazos no deseados. El área laboral también puede verse afectada, sobre todo en los casos en los que el impulso sexual no puede contenerse durante el horario laboral y se practica, por ejemplo, la masturbación en el lugar de trabajo.

Finalmente, a nivel emocional, la persona se siente cada vez más ansiosa y deprimida. Su autoconcepto y a su autoestima se ven totalmente mermados, ya que no puede evitar llevar a cabo conductas de las que luego se arrepiente y que, aun queriéndolo, no puede evitar.

¿Cómo tratar la adicción al sexo?

La adicción al sexo se manifiesta en el área más íntima de la persona, no detectable para todo el mundo a simple vista, por ello corre el riesgo de pasar desapercibida durante más tiempo, y cuando emerge las consecuencias negativas son muy elevadas. El tratamiento de la adicción al sexo consiste en que el paciente aprenda a diferenciar entre las conductas sexuales adictivas y las conductas sexuales sanas, trabajando en la reeducación, ya que el sexo es una necesidad vital para el ser humano. De tal modo que la persona sea capaz de elegir cuándo quiere mantener relaciones sexuales y recuperar el disfrute de las mismas.

Desde Atiempo Adicciones ofrecemos un tratamiento integral de la adicción llevado a cabo a través de terapia individual y grupal. El paciente aprenderá a gestionar su impulsividad en la búsqueda de satisfacción y aprenderá a establecer otro tipo de relaciones sociales no basadas en el sexo. También se dará apoyo familiar y de pareja, ya que son las dos grandes áreas afectadas por el trastorno compulsivo sexual. De esta manera pretendemos que el entorno pueda entender y dar soporte al paciente en un momento tan importante y delicado como es el reconocimiento de que existe un problema y su posterior recorrido terapéutico.

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