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Gestión de las emociones

Nuestro organismo está expuesto a cantidad de estímulos que nos rodean, muchos de los cuales pasan desapercibidos. Aunque otros pueden causarnos alteraciones o desequilibrios, y es ahí donde entran en juego nuestras emociones.

En este artículo queremos hablar sobre algo muy importante para nuestra vida: la gestión de las emociones, que definen nuestra personalidad y que pueden influir en nuestra salud física y mental.

Distintos tipos de emociones

Las emociones no son exclusivas de los seres humanos, sobre todo cuando hablamos de emociones básicas o primitivas como el miedo, la sorpresa o el enfado. Los animales también las experimentan, por lo que se definen como universales.

Existen otras emociones que no son primarias, como los celos o la envidia, que tienen un componente social, e implica nuestras relaciones, deseos y objetivos.

No obstante, las emociones que experimentamos tienen mucho que ver con lo que somos, cómo es nuestra personalidad e incluso las capacidades que tenemos para enfrentarnos a diversos elementos. Lo bueno es que podemos desarrollar nuestra gestión de las emociones durante toda nuestra vida.

Claves para la gestión de las emociones

La gestión de las emociones se enfoca sobre todo en las emociones no primarias, aquellas que sí podemos controlar porque tienen su origen en nuestro interior. Para lograrlo, es importante llegar a la raíz, y a partir de ahí trabajar para amortiguar las emociones negativas y potenciar aquellas que nos benefician.

La gestión de las emociones se apoya en 5 procesos fundamentales:

1- Identificación

Lo primero que Hay que hacer es saber qué emoción surge en cada momento. Para ello hay que estar atentos a lo que nos ocurre y tener en cuenta que el sentimiento, la postura e incluso nuestra reacción es una respuesta física a nuestro entorno, por lo que tenerlas identificadas nos ayuda a entendernos desde el interior.

2- Aceptación

El objetivo de identificar cada emoción no es reprimirla, al menos para el segundo paso. Hay que aceptar lo que se siente, dar permiso al cuerpo para hacerlo y ser responsable de ello en cada momento.

3- Escucha

Una vez que se acepta cada emoción, es posible escuchar nuestro interior, y saber que nos está diciendo en este momento nuestra mente. Por ejemplo, es probable que el enfado nos diga que necesitamos cambiar algo o alertar a alguien de que sus acciones no están bien.

4- Actuación

Es muy importante pensar en qué hacer para que la situación te haga sentir mejor. ¿Qué puedes hacer para cambiarlo? Si está en tu mano, es el momento de ejecutarlo. Si escapa a tu control, puede que tengas que dar un paso hacia un lado y no hacerte responsable porque no puedes hacer nada. Esto también implica actuar, en este caso de forma pasiva.

5- Dejar marchar

Sea cual sea la emoción, no dejes que se quede contigo más tiempo del imprescindible. Si te es difícil dejarla marchar, repasa los puntos anteriores y repite el proceso donde lo necesites.

Cuando algo se escapa de tu control

Algo que suele afectar a la gestión de las emociones son situaciones en las que tenemos poco o ningún control sobre ellas. En estos casos es vital mantener la calma y ser conscientes de que no está en nuestra mano y no se puede tenerlo todo controlado. Hay que centrarse en aquello que sí podemos controlar y actuar, pero no dejar que la preocupación por lo que se nos escapa nos invada.

A veces gestionar las emociones requiere de ayuda externa, alguien que escuche y oriente en el camino correcto. Si sientes que lo necesitas, puedes contactar con nosotros. Trabajaremos juntos para que logres una correcta gestión de las emociones. En Atiempo somos psicólogos para adolescentes en Murcia

Creado en: 3 marzo, 2022, por : Sedigital
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