Aprender a decir no
Aprender a decir no
Cómo decir no sin sentirse g…
Mamá no tiene tiempo para la sinopsis: Decir no empieza por reconocer y respetar tu mejor sí. Será más sencillo cuanto más practiques decir no; prueba a empezar con un positivo o a intercalar tu no entre dos positivos. Sería tentador seguir hablando después de haber dicho que no (vómito de palabras), pero resiste. Cuando finalmente digas que no, felicítate por tu valentía. ¡ERES CAPAZ DE LOGRARLO!
No tienes ningún plan específico en mente. Tu plan era quedarte en casa con tu familia y no hacer nada. Te hacía ilusión tu estrategia de no hacer planes, pero ahora no te sientes lo suficientemente seguro como para rechazar esta cita de juego.
Dices: «El sábado podría funcionar». Y así el tiempo en familia que habías organizado se desvanece. No es que no quieras ir a la cita de juego, ni que te caigan mal ella o sus hijos. Aunque ella sea fantástica y tus hijos se lleven estupendamente, tu estrategia de no planear se ha convertido en una estrategia en toda regla.
Quizá no se suponía que fuera una cita para jugar. Puede que fueran unas copas con los colegas después del trabajo o una cena improvisada con la familia o los amigos. Me he encontrado en muchos casos similares, ¿no es así? Y antes me costaba mucho decir que no a cosas que no me apetecían o que no podían encajar en mi agenda. O decía que sí y lo odiaba o me agotaba totalmente si no lo hacía. Si esto te suena a ti, [levanta la mano], podrías ser una persona que complace a la gente.
Aprender a decir no psicología
Aprender a decir no implica tomar decisiones sobre lo que más te importa. En este curso, el Dr. Todd Dewett le guiará para clasificar el trabajo en categorías importantes y determinar cómo se alinea con sus propios intereses y principios. Si sigue estas directrices, le resultará más fácil elegir a qué decir «sí» y a qué decir «no». Además, el Dr. Dewett ofrece consejos sobre cómo decir que no de forma concisa, veraz, constructiva y respetuosa.
– ¿Acaso ser solidario no forma parte de ser un buen empleado o un buen colega? A veces, al menos. Sí, se puede ser solidario en general, pero no todo el tiempo. Este es el problema. La gente se ve obligada con demasiada frecuencia a ayudar siempre. Por eso siguen diciendo que sí y parece que nunca son capaces de decir que no. Como consecuencia, su productividad y la calidad de su trabajo pueden verse afectadas. No tiene por qué ser así. Decir efectivamente que no es una habilidad que puede aprenderse. En este curso, le mostraré cómo saber si es apropiado o no decir que no cuando otros solicitan ayuda, y le enseñaré cómo decirlo de forma que los demás lo entiendan. Ser solidario es algo bueno, pero debes hacerlo en el número apropiado, en el momento apropiado y por las razones apropiadas. Empieza a mirar ahora mismo para ser más consciente de cuándo y cómo decirlo.
La importancia de aprender a decir no
¿Qué tiene la palabra «no» que hace que sea tan difícil de decir en el trabajo? Es una frase sencilla, de una sola sílaba, pero muchos de nosotros somos incapaces de decirla, incluso cuando estamos completamente sobrecargados de trabajo. La respuesta instintiva en la oficina es siempre un «sí», aunque sepamos que es una receta para el agotamiento, por miedo a ser perezosos, inútiles o conflictivos. Sin embargo, negarse a decir «no» puede tener consecuencias negativas sobre todo, desde nuestra salud física y mental hasta nuestra promoción profesional en general.
En su lugar, deberíamos seguir el consejo de Warren Buffet, quien dijo: «La diferencia entre la gente de éxito y la gente realmente exitosa es que la gente realmente exitosa dice ‘no’ a casi todo».
Si quieres ser un empleado realmente bueno -como persona y como parte de un equipo- debes aprender cuándo y cómo decir que no. Y hacerlo de una manera que no sólo te haga triunfar, sino que también haga que los demás te admiren.
Según el psicólogo Dr. Scott Bea, profesor adjunto de medicina de la Clínica Cleveland (Ohio) y una de las principales autoridades en el poder del «no», podríamos estar poniéndonos en riesgo de sufrir enfermedades físicas al decir demasiado «sí». Los síntomas físicos del estrés, como el dolor muscular y el malestar gastrointestinal, así como el daño psicológico que provoca decir «sí» en exceso, según el Dr. Bea, que lleva años estudiando el tema.
Comentarios
En la universidad, si eres como la mayoría de la gente, siempre estás lidiando con demandas. Las peticiones son formales e informales, grandes y pequeñas, y vienen de todos los rincones de la empresa. No puedes acceder a nada porque la afluencia es demasiado grande. Por ello, es fundamental saber cuándo decir no y cómo decir tanto no como sí.
Tulgan ofrece un método de tres partes para manejar la afluencia de demandas, basado en sus décadas de investigación sobre lo que hace que las personas sean los trabajadores más respetados y esenciales en las organizaciones. En primer lugar, evalúe cada solicitud, recopilando información que le ayude a tomar una decisión informada. Si tiene que rechazar a alguien, asegúrese de que es un no bien pensado. Cuando las cosas no están permitidas, no se pueden hacer o no se deben hacer, un buen no tiene que ver con el momento y el razonamiento. Además, se articula de forma respetuosa con el interesado. Si obtienes un sí, haz que sea bueno explicando cómo crees que puedes ayudar, definiendo los resultados y estableciendo una estrategia bien pensada para la ejecución.